martes, 17 de junio de 2008

De vuelta. Declaración de buenas intenciones


Llevo unos meses fuera de casa. Concretamente en Sevilla. He terminado un curso de maquillaje que llevaba esperando mucho tiempo. Por fín he vuelto a casa, y estoy agotada de ver a todos mis amigos de Santander. No recordaba ni tan siquiera cual había sido mi último post, y la verdad, me da penita releerlo, y hoy lo he hecho varias veces.
Tardé mucho tiempo en acostumbrarme a no escuchar a mamá cada noche... Creo que aún hoy en día no me he acostumbrado.
Pero siento que siempre está ahí... y que no nos abandona su esencia y su presencia en cada momento familiar.
El lunes es San Juan, y ese es uno de los grandes acontecimientos familiares para mí y mi familia. Hace muchos años que celebro San Juan. Al principio en las pequeñas hogueras que hacía con los vecinos, y luego, más tarde, muy cerca de mi casa en la playa de La Canal: San Juan de la Canal. Allí, toda la familia quema algo de su ropa interior. Es una costumbre de mi tío Tony. Él solía decir (y supongo que seguirá diciéndolo) que los años malos son como los calzoncillos sucios y que por eso, el día de San Juan hay que echar la ropa interior a la hoguera, para limpiar la vida de la mierda que nos viene.
Así que este año, quemaré unas bragas, aunque no lo celebre previsiblemente con Tony, para que el verano me traiga cosas buenas y se lleve las malas.
Mi amiga y tocaya Lucía alucinó la primera vez que vino a mi fiesta de San Juan. Mi padre, había decidido acabar con su síndrome de diógenes y había decidido quemar todos los muebles y los trozos de aglomerado de los armarios se desacían en chispas que subían y se repartían por todo el tejado de la casa. Todo el mundo pensaba que íbamos a arder, menos mi padre que no sé por qué decía que estábamos protegidos, y se tapaba con un paraguas que terminó siendo un horrible colador negro.
Terminamos llenos de una especie de hollín todos los invitados a la fiesta menos mi hermana, que aterrorizada se pasó la noche metida en el coche y no quiso meterse en casa hasta que no se fueran las "tispitas".
Tendría poco´más de dos años y era tan gorda que la llamábamos la señora jajajaj.
P.D.:He engordado casi 8 kilos en Sevilla, así que la operación bikini, se va a convertir en operación bañador y no volveré a tener una sesión de fotos hasta que no me ponga al días..

viernes, 22 de febrero de 2008

No encuentro título para este momento...

Tony cuidó de mí, durante los días de hospital, y yo esperaba con Laika bajo el porche, impaciente por que papá y mamá llegaran con mi hermana debajo del brazo. Tenía un lío en la cabeza terrible. A veces la quería y aveces la odiaba.
Mi padre aparcó el coche y tardó mucho en bajar, así que Tony fue hacia él y me mandó esperar.
Tony salió corriendo y entró a casa sin mediar palabra, no pude ni verle, y después mi padre, muy despacio, se acercó a mí...

Lucía -Me dijo mi padre con lágrimas en los ojos- Tienes una hermaníta.
Mi padre estaba asustado y en su cara se vislumbraba miedo y se adivinaba que había estado llorando largo tiempo.

Yo pensaba que aquella mirada respondía a la emoción de un padre que acababa de ver nacer a su hija, después de ocho meses de haber sufrido muchísimo con el embarazo de mamá.

Vas a cuidarla mucho, y a quererla ¿Verdad Lucía? -me repetía una y otra vez- ¿Lo vas a hacer por mí y por mamá?

Yo no entendía nada, sólo sabía que era una niña de poco más de 9 años y aquella mirada me asustaba mucho.

¿Y mamá? - pregunté - ¿Está contenta?

A mi padre se le humedecieron los ojos, y yo me abracé a él aterrorizada de hacer otra pregunta. Quizás, el bicho verde había hecho rebentar a mamá o Dios sabe qué había ocurrido.

Tu mamá duerme- dijo mi padre- Y no sabemos cuándo va a despertar. Parece que se cansó mucho, pero me ha encargado que cuidemos de tu hermana hasta que descanse. Lo vamos a hacer muy bien, ya verás. ¿Me lo prometes?

Te lo juro, papá - le dije - La voy a cuidar.

Mamá durmió 11 días, y 22 horas y mi padre empezó a no volverme a hablar de mamá durante algún tiempo. Mi padre dejó de visitar a mamá cada día, y empezó a hacer una "vida normal".
Tras 11 días y 22 horas, Tony cogió el teléfono y se echó a llorar con tanta fuerza que supe que algo terrible había pasado, pero yo seguí esperando cada tarde a mamá, durante un buen tiempo, para que viera que bien cuidábamos a mi hermanita. Tardé unos años en saber que aquél sueño profundo se llamaba coma y aún no sé, por qué ocurrió.

Muchas veces... te espero.

miércoles, 30 de enero de 2008

LLENA DE PELUSA


Mi madre tenía tal bombo, que yo pensaba que un día reventaría como un huevo hervido y se le abriría una grieta en la barriga y mi hermana saldría apartando ambos lados con sus manos y me sacaría la lengua como en V.

Tenía muchísimo miedo ¿Qué saldría de aquella inmensa barriga? ¿El lagarto verde y repugnante o la niña de las estrellas?


Yo soñaba unas veces con ser yo misma la que me cargase al bicho verde... pero no me imaginaba, como la rubia buena, no, yo me imaginaba vestida de Diana y eliminando con mis propias manos a aquél bicho asqueroso que había poseído a mi madre y que me imaginaba que me iba a arruinar la vida... pero otras veces, soñaba que sería la niña de las estrellas, y viviríamos en la casa de la luna, acompañados con Laika.


Yo le contaba estas cosas a mi madre, y ella, que llevaba el embarazo aún peor que cuando me esperaba a mí, postrada en aquella cama donde pasó, casi 8 de los 9 meses de embarazo, me sonreía y me diagnosticaba dos problemas:


Uno que tenía una cantidad de pelusa (envidia) que no podía con ella y otra que tenía que dejar de ver aquellos viejos vídeos que mi padre había coleccionado durante años. Ahora tengo la serie entera en DVD y me sigue encantando, pero ¿Cómo era posible que me tragase lo de la rata?

jueves, 24 de enero de 2008

Hoy he vuelto a recordar...

Estar enfermita como me encuentro estos días, me hace especiamente vulnerable psicológicamente... Y creedme que he empezado unas cuantas veces este post, pensando en poner algo optimista... Pero algo raro pasa dentro de mí, que no me deja pensar con claridad, y me devuelve malos recuerdos a la cabeza.
Pero no quiero hablar de ellos, aunque note que mi inunden. Son tan importantes en mi vida, que soy consciente que jamás podré olvidarlos.
En fín, que voy a intentar contar algo alegre desde un estado de ánimo triste. ¡Vamos a ver que pasa!
Aquél día estaba tumbada encima de "Veloz" mientras él dormía... Así quitaba el frío de aquélla horrible temporada invernal, que parecía aún más fría al estar la casa alejada de los vecinos. "Veloz" el caballo que yo montaba, aceptaba de buen grado que me tumbase en su lomo, mientras dormía, y yo notataba su respiración y hasta recuerdo que conseguíamos coordinarla en una sola, pareciendo así que nos habíamos fundíamos en uno.
Aquél calor, me llenaba de placer y me ayudaba a aplacar mi soledad, mientras Laika dormía también cerquita de nosotros.
Mi madre, me llamó, para adentro de la casa. Estaba como asustada, y me recuerdo con unas mariposillas en el estómago que no me dejaban ir. Había notado algo extraño en su voz y no sabía si me había pillado en alguna trastada.
En la cocina, sentados estaban mis padres, mi madre me dijo que tenía que acercarme y me invitó a ponerme en su regazo.
-Va a llegar alguien más a la casa, me dijeron
Los miré y toqué la barriga de mi madre. Sólo con eso supe, que esperaba un hermanito.

miércoles, 16 de enero de 2008

LA BODA DE MI MEJOR AMIG@

De vez en cuando, mi padre, mi madre y yo, íbamos a casa de Lucía, la chica a la que debo mi nombre a Peña Castillo. Mis padres habían hecho una gran amistad después de lo que os conté en y Plaf, nací. De hecho, el padre de Lucía es mi padrino. Lucía y yo, las dos Lucías, íbamos juntas al cine, a los centros comerciales de Santander y lo pasábamos fenomenal juntas.
Cuando venía Tony, la cosa era diferente, porque entre las dos había una especie de lucha de celos, que al final repercutía en que yo me sentía nadando entre dos aguas. Se peleaban, se tiraban hasta de los pelos y Tony, le escondía las orquillas del pelo, para que sus enorme cabellera rizada se le erizara como a un león.

Así que un día decidimos hacer oficial su enemistad, celebrando una especie de anti-boda en la que yo ejercía las labores de cura y Laika era la principal testigo, y Tony y Lucía se llamaban todas las salvajadas que se les ocurría. Tanto nos reímos aquella tarde, jugando a hacer la ceremonia, que Lucía y Tony empezaron a llevarse bien y hoy en día siguen siendo grandes amigos. En realidad, creo que inventamos el divorcio Express.

Boosterblogs.es

He decidido apuntarme a esto de http://www.boosterblog.es/ como mi amigo el Cote.
Vamos a ver que es y qué pasa...

lunes, 14 de enero de 2008

Luca, Laika, Tony y Mon y otr@s chic@s del montón en busca del "rayo verde"

Los fines de semana, Tony y yo, acompañados de Laika y mi padre (Mon), hacíamos pequeñas excursiones por los alrededores, unas veces a pié y otras a caballo. Descubrir las dunas y la entrada de la ría en Mogro fue para mí uno de los recuerdos más bonitos que tengo.
Parecía que aquél lugar estaba tocado por no sé que suerte de hechizo, sobretodo cuando al atardecer, se veían reflejados los últimos rayos de sol en el mar.

Mi padre, nos contaba que si te fijabas bien y nada te hacía perder la concentración, el último rayo de sol, que entraba en el mar, al juntarse el azul y el amarillo, ser veía un rayo verde. Así que cada vez que salíamos nos parábamos para ver el último rayo.

Parece mentira, pero una vez el sol empieza a esconderse, tarda muy poco en hacerlo del todo y puede apreciarse la velocidad del sol, perfectamente. El caso es que nos sentábamos y nos poníamos muy serios mirando al horizonte para ver el rayo verde y entonces ¡Plas! Mi padre pegaba una palmada, o estornudaba exageradamente o empezaba a decir que había visto cualquier cosa, en voz alta. Todo, claro, para hacernos perder la concentración.

(Pequeño salto en el tiempo) Cuando cumplí 13 años, mi padre me regaló el libro "El rayo verde" de Julio Verne, que conservaba desde que era niño.
Mientras escribo este post, he entrado en crisis. Os cuento por qué: Cuando acabé de leer el libro y entendí que es ciencia ficción, perdí la fe en el rayo verde y creí que no existía, pero me acabo de encontrar esto: